A finales del año pasado, el holandés Sebastiaan Bowier sorprendía al mundo con su récord de velocidad máxima obtenido exclusivamente mediante la fuerza del músculo (y de la mente) humana: 133,78 km/h (aunque sólo fuese 0.6 km/h más rápido que su antecesor en la marca, Sam Wittingham).
Ya entonces se hablaba de la posibilidad de alcanzar los 160 km/h, que los avances tecnológicos de los próximos años permitirían alcanzar sin grandes dificultades. Lo decía el también récordman mundial escocés Graeme Obree, que con una bicicleta fabricada artesanalmente en casa consiguió números nada despreciables en el Word Human Powered Speed Challenge 2013.
En esta ocasión, es el Equipo de Velocípedos de la Universidad de Liverpool (ULVT) el que pretende alzarse con el título con un objetivo de 90 mph (144,8 kph). El vehículo en el que lo van a intentar se asemeja a una cápsula farmacológica un tanto deformada. Resulta difícil pensar que esa forma es aerodinámicamente más eficiente que el VeloX3, el vehículo de Bowier.
Las diferencias entre uno y otro vehículo no son tan grandes. Al fin y al cabo, los dos persiguen la perfección aerodinámica teniendo en cuenta que dentro tiene que haber un maromo pedaleando. El ULVT afirma que su diseño es 40 veces más aerodinámico que el de un Bugatti Veyron, pero claro, no hay comparación posible entre uno y otro por razones obvias. Lo que sí dejan claro es que el ciclista tendrá que desarrollar una potencia de 700W (consumo eléctrico medio de un hogar en el Reino Unido; mi aspirador traga 1.500), que se transmitirá a las ruedas con un ratio de 17:1. La transferencia de potencia de una bici normal ronda el 4:1.
El aparato, por feo que sea, también tiene derecho a nombre, y le han puesto Arion1. Pesará 25 Kg y se hará a la medida del (o la) ciclista que lo vaya a conducir, para aprovechar así al máximo sus posibilidades. El ciclista, por cierto, tendrá que entrenar intensamente durante 16 meses para poder estar a la altura del reto. Así que hasta septiembre de 2015 nos vamos a quedar con las ganas.
Igual que el VeloX3, el Arion1 no dispondrá de ventanas. El ciclista verá por dónde va gracias a una cámara y una pantalla instalada en el interior, de manera que así, además, podrá mantener una postura más favorable.
Como el objetivo del ULVT es obtener el récord en los dos géneros, a la próxima competición presentará a dos ciclistas, hombre y mujer.
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