De camino al aeropuerto me percaté de que, como siempre me acaba pasando, había olvidado algo: una chaqueta o alguna prenda de abrigo. En Frankfurt podría hacer frío.
Nada más lejos de la realidad. La atmósfera exterior del avión pasó de un calor seco, relativamente soportable, en Madrid, a un calor húmedo, pegajoso y desagradable al salir del avión. Vas cargado con un par de bolsas y una bandolera hace que se te pegue más la ropa al cuerpo. Afortunadamente, la temperatura aquí no pasa de 26 grados (menos mal).
Nada más llegar, con aire despistado buscando la forma de salir del aeropuerto, me asalta un chofer con aspecto de turco ofreciéndome un taxi para la ciudad. Obviamente, en el flamante Audi que tenía aparcado en la línea de taxis no podía atracarme por menos de 40 euros. Le agradecí la oferta, explicándole que tomaría el bus, y no va el tío y me dice que al final, entre bus y tren y unas cosas y otras, el transporte me va a salir por unos 30 euros por lo menos… Los hay con la cara dura. Por 3.90 euros estaba en el centro de Frankfurt.
Se echaba de menos, de todas formas, la atmósfera húmeda, el olor a bosque tan extendido por estos lares. La foresta visible desde el tren me trajo recuerdos de mi último viaje en bicicleta, la Ruta del Danubio, empezada en Donaueschingen y finalizada en Viena. Muchos kilómetros de bosque en aquella ocasión, bosque frondoso y albergue de cervatillos -unos cuantos-, entre todos los paisajes que recorrimos. Mucha lluvia, también. Qué ganas de repetirlo.
En esta ocasión venimos a visitar la fábrica de HP Velotechnik y a estrechar la mano a nuestro colega Alex Kopp, responsable de ventas para España, persona de trato afable y risueño, siempre de buen humor. Da gusto hablar con gente así.
A la ilusión y el sabor del viaje se añaden las tremendas ganas de conocer las entrañas de uno de los mejores fabricantes de bicicletas reclinadas del mundo. Se siente uno como en Charlie y la Fábrica de Chocolate, pero en versión recumbents 🙂
Me pareció curioso el detalle, al pasar por el albergue, de encontrarme a dos ciclistas que llevaban sus bicis cargadas con alforjas MSX.
Al día siguiente, la visita a las instalaciones de HP Velotechnik, a unos 30 km del centro de Frankfurt. A las afueras de un pequeño pueblecito, y al lado de la carretera, se encuentra su pequeña fábrica. Sorprende que de una empresa tan pequeña (apenas sobrepasa los 20 empleados) salga un volumen tan alto de producción. De unos cálculos de ventas de alrededor de 1.500 unidades para este año, HP ha elevado su previsión hasta superar ampliamente los 2.000. Y no es de sorprender, habida cuenta del éxito que está teniendo el Gekko FX.
Os puedo asegurar que nunca había visto un espacio de trabajo industrial tan limpio. Unas instalaciones impecables, muy bien mantenidas, un ejemplo del kraftwerk alemán. Del bueno.
Y, por supuesto, todo va en consonancia. Observar cómo se monta un triciclo (unas 4 horas y media de trabajo, dependiendo del modelo) es todo un espectáculo de detalle y minuciosidad. Especialmente cuando se trata de un Scorpion FS, que lleva incorporado un complejo sistema de suspensión para garantizar la seguridad incluso en las curvas más cerradas.
Es curioso observar como, cual secadero de jamones, todos los cuadros de trikes y bicicletas ya vendidos esperan, colgados del techo, a ser ensamblados, uno a uno. La mayoría son de los dos colores que la marca ofrece a precio de serie; y de vez en cuando, alguno rompe la monotonía interrumpiendo la secuencia de color.
Aunque conocemos bien los productos de HP Velotechnik, se aprende mucho presenciando en primera persona el proceso de producción. Y escuchando atentamente las explicaciones de nuestros anfitriones en Kriftel, por supuesto. A lo largo de sucesivos capítulos os iremos descubriendo algunos de estos detalles que, esperamos, os sirvan también a vosotros para conocer muy bien los mejores trikes y reclinadas que se fabrican para todo uso.
Por el momento os podemos adelantar dos novedades: el Scorpion incorpora una nueva bisagra de plegado: el trike se pliega de la misma forma que antes, aunque el ángulo de la rueda trasera cambia ligeramente, y la bisagra resulta más compacta. Y, segundo… ya está previsto un nuevo modelo de trike: el Gekko, a secas (sin el ‘FX’ detrás). El Gekko es desmontable, en lugar de plegable, y será algo más barato que el actual. Y atención a los que se estén pensando comprar un Gekko FX: ¡el año que viene sube de precio! ¡No os retraséis demasiado!
Al día siguiente de nuestra visita particular, HP celebraba su día de puertas abiertas (álbum de fotos aquí). Una sesión para probar todos los trikes y bicicletas de HP -con motor eléctrico, con Rohloff, suspensión total y todas las variantes que se os ocurran-; por supuesto, con una conferencia de Daniel Pulvermüller, el fundador de la empresa, sobre los principios de funcionamiento de sus trikes, y una interesante exposición de Thomas Richter sobre su último viaje alrededor del mundo sobre una StreetMachine.
En los próximos días (en cuanto encontremos tiempo 🙂 os contaremos más detalles de nuestra visita a HP Velotechnik. Y, para quien quiera apuntarse, tenemos una visita colectiva prevista, con fecha todavía por determinar. Sois todos bienvenidos. Cualquier pregunta también será bienvenida.
¡Un saludo!